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domingo, 12 de julio de 2015

EXAMEN


         Cada semana me doy cuenta que tengo distintas motivaciones para tocar un tema u otro. En esta ocasión viene a cuenta de mi nieta África. La suelo ver cada semana, los sábados normalmente y siempre dependiendo de lo que programa su familia. Esta semana concretamente, como estaban en la playa, he tenido que esperar hasta esta mañana para que me la traigan y hayamos podido echar un rato con ella mientras desayunábamos en una ciudad medio vacía. Es tiempo de playa y todo el que puede huye del casco urbano, si bien los que nos quedamos gozamos de espacios imposibles el resto del año.

Inevitablemente en cuanto he tenido la niña en mis brazos, ya estaba su padre recordándole la cantidad de ocurrencias que tenía que hacerme. Sabe de sobra y yo se lo digo siempre que a risa de niño y a canto de pájaro no convides a nadie pero parece como si no fuera con él. La niña, por supuesto, no le ha hecho ni caso y se ha dedicado a hacer y a decir lo que se le iba ocurriendo en cada momento mientras su padre me iba pormenorizando la importancia de las nuevas ocurrencias. Una vez más yo le seguía la corriente para que no fuera a pensar que no me interesaba lo que me estaba contando. Una vez que había pasado un rato y habíamos entrado en conversación nosotros, la niña saltaba con alguna ocurrencia nueva o con otra ya sabida como es lógico y su padre me aclaraba que eso era lo que él me había anunciado antes, como si yo no lo supiera. Me daba la sensación de un teatro en el que cada uno representaba el papel correspondiente sin tener en cuenta ninguno lo que estaba diciendo el otro. Así hemos pasado todo el rato hasta que sus padres han seguido su viaje hasta su casa y me he quedado con mi hija pequeña, Elvira, comentándole lo absurdo de la situación. Nos estábamos comportando como desconocidos. En plan de broma, cuando su padre empieza a pedirle cosas a la niña, yo le digo que la está examinando y que ella parece no estar por la labor de responder lo que él le pide y la va a tener que suspender.

         De este contenido completamente real tan particular me valgo para extraer alguna generalización porque estoy seguro de que la situación no tiene nada de insólita. Más bien al contrario. Los pequeños necesitan paz para comportarse como ellos estimen oportuno y también para marcar el ritmo de sus adquisiciones. Por más que lo intentemos no se va a producir que hagan lo que nosotros les pidamos en la manera y en la forma que queramos, lo que va a ser con frecuencia una fuente de tensiones y de frustración al comprobar que nosotros vamos andando por un lado y ellos por otro y que la incomunicación se hace presente y puede crecer si no asumimos las verdaderas claves de su comportamiento. Es un vicio muy frecuente que no hace sino crear tensión en los momentos de convivencia con los pequeños de manera innecesaria y gratuita. Parece muy complicado sencillamente dejar a los pequeños que se expresen a su humor, con su ritmo y dedicarnos, si queremos, a escucharlos en sus manifestaciones espontaneas. Entonces veremos cómo sacan sus ocurrencias, sus hallazgos sin necesidad de que se los tengamos que reclamar.


         Una vez más compruebo que de cada caso particular puede uno sacar lecciones que se convierten en generales y que nos pueden servir para tener conciencia de que podemos aprender si somos capaces de escuchar lo que nos cuenta la realidad de cada día. Pero también podemos aprender que la incomunicación existe y que el discurso que tenemos cada uno, si no lo contrastamos con el que tienen los que viven cerca de nosotros, se convierte en un soliloquio puesto al lado de otro soliloquio que no desarrolla la imprescindible función de diálogo que se ha de producir para lograr el conocimiento. Con los más pequeños  puede parecer que no tiene importancia porque todo se puede modificar en cualquier momento pero no es cierto porque las costumbres terminan haciéndose leyes y marcan el estilo de relaciones que tenemos cada día.


10 comentarios:

  1. Todo un placer leerte y estar completamente de acuerdo contigo .
    te mando un fuerte abrazo veraniego y con brisa de playa y mar 😊
    Besos a montones Antonio querido

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    1. Como he comprobado que has tomado vacaciones en tu blog te respondo por aquí para agradecerte tus palabras, siempre positivas y estimulantes y para desearte desde los cuarenta y pico grados insólitos que extiendas sobre el mundo tu mirada entusiasta y placentera y nos inundes de vida. Un beso

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  2. Gran reflexión...y buena música !

    Saludos

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  3. Manuel Ángel Puentes13 de julio de 2015, 9:52

    Tus reflexiones me llevan a las actuaciones de los niños frente a sus padres en algunas actividades de la escuela (canciones de fiestas, una actuación que hemos preparado como parte de un proyecto de teatro...). La frustración es grande para algunos al ver a sus hijos bloqueados, mirándolos fijamente, optando por saludar, saliéndose de la representación para irse con ellos o incluso echándose a llorar. No ser conscientes de que esas situaciones de examen están abocadas al fracaso en un alto porcentaje, hace que puedan ser muy estresantes para toda la comunidad escolar.

    Como recurso siempre repetimos la actuación, con lo que al hacer dos pases es más fácil que alguno sea bueno para cada niño.

    Aunque lo mejor es no empeñarse en que sean los niños los que actúen ante los padres. Siempre he preferido que sean los padres los que actúen en las fiestas, o al menos que lo hagan juntos los niños con sus familias.

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    1. Una vez más leyendo tus comentarios me felicito de la utilidad de un parecer como el tuyo, que habla desde el aquí y el ahora. Mira por donde el ejemplo que promueves de que no sean los pequeños los que tengan que exhibirse sino que lo hagan sus padres me parece toda una ocurrencia de gran utilidad para que a los pequeños se les deje en paz y también para que los mayores se arriesguen un poco ante los demás y se pongan en alguna medida en la piel de sus hijos. Una buena contribución, a mi modo de ver, a esa función de educación globalizadora a la que sed puede contribuir con poco esfuerzo. Sólo cambiando el punto de vista. Un abrazo

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  4. a los padres se les olvida que 'ujna vez u otra se les cae la baba con las ocurrencias de sus hijos?
    a los abuelos nada les viene de nuevas...'todo eso ocurrió cuando solo eran padres...'
    a los hijos, cómo no, también a los nietos, las lecciones se las perfila su particular experiencia; principal escuela de aprendizaje
    goza de tu nieta y disfruta cuanto puedas de sus gracias. !!
    bss

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    1. Eso mismo que dices es lo que no sé cómo hacer que mi hijo, su padre, se entere y me deje tranquilo mirándola sin que él le esté insistiendo todo el tiempo sobre la gracia que me tiene qued mostrar. La gracia que yo quiero ver es la de ella evolucionando normalmente y yo, en efecto, con la baba por los suelos. Un beso

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  5. Es que este artículo no lo había leído. Con la imagen que te enviaré muy pronto corroboro a lo expuesto por ti. Y es que hay grandes diferencias entre "estimulación" temprana" y la "intervención temprana". Un beso.

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    1. Procuraré, querida Ivonne incluir la imagen en un próximo artículo porque creo que ilustra loi que hablamos aunque no veo el modo de incluirlo en este comentario por ejemplo, que es donde pienso que vendría que ni al pelo. Un beso

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