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domingo, 17 de julio de 2011

FRUSTRACIÓN

Hace poco comentábamos la importancia de los noes de los niños. Decíamos que se trataba de señales positivas que indicaban que los menores buscaban afirmarse frente a nosotros y hacernos ver que tenían un criterio personal diferente al nuestro. Que ese no necesitaba nuestro respeto porque surgía de una actitud profunda.


Hoy quiero que valoremos otros no que me parece lo mismo de importante. Es el que sale de la boca de la persona responsable del menor en un momento determinado como respuesta a una acción del pequeño que el adulto considera inadecuada. Normalmente va seguido de un gesto de estrañeza del pequeño y de su correspondiente manifestación de desacuerdo y protesta porque su intención, sin duda es hacer lo que quiere siempre y nuestro no le molesta.
Pero nuestro no, es para un pequeño su tabla de salvación, el asidero que necesita para saber si lo que está haciendo es correcto o no, para que lo que hace sea identificado como perteneciente a un grupo social, a una cultura, a un tiempo. Para poderse reconocer como miembro de un grupo social concreto. Nuestro no, no solo es importante, es fundamental. Los niños que crecen sin un no adulto son niños perdidos, que no saben nunca dónde están ni si lo que hacen está bien o mal, ni a qué cultura pertenecen.


Quiero, por tanto, dejar claro hasta qué punto el no que la persona adulta le impone a un menor en un momento determinado es fundamental y no quero dejar dudas a este respecto.
Una vez dicho eso, aclaro que los menores necesitan que alguien les pare los pies en un momento determinado, pero que en cada caso le ofrezca una salida airosa para que esa frustración que el menor tiene que asumir disponga de alternativa que no le impida crecer y no se quede sólo en una actitud castradora que le niegue su papel en el grupo.


Ese no que de vez en cuando podemos imponer a los pequeños se parece a ls indicdores de las carreteras que a la vez que nos limitan algunas de nuestras posibilidades, también nos permiten saber con claridad cual es la dimensión del espacio legal de que disponemos.
Entre las limitaciones que les vamos imponiendo a los menores, ellos deben poder crecer, con seguridad de límites por una parte, pero con espacio suficiente como para desarrollar sus capacidades. En ese sentido es importante aclarar que muchas veces lo que importa es si les imponemos uno o mil noes. Lo más importante es que el no de hoy debe seguir siendo no mañana, para que el pequeño pueda asumirlo como tal. Ese vicio tan extendido de que lo que hoy se prohibe mañana puede estar permitido tiene como consecuencia que los pequeños dejen de creer en las normas y en la fiabilidad del criterio de los adultos. La vida, entonces, se convierte en una selva en la que cada uno se salva como puede y todo se permite o todo se prohibe sin referencia alguna.
El respeto a nosotros mismos y a los menores a nuesto cargo nos obligan a marcarles un camino en donde se sientan seguros . Ese camino siempre puede ser discutible porque nadie tiene la verdad absoluta. Lo que no puede ser es hoy uno y mañana otro en función de normas difusas. Eso mata por completo la solidez de la relación entre mayores y pequeños y nos convierte a todos en caprichosos desorientados.

6 comentarios:

  1. Buen lunes y semana Antonio:
    Totalmente de acuerdo.
    Como siempre aprendo de tu blog.
    Y que decir de la música que lo acompaña, perfecta.
    Besos, Montserrat

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  2. Hola querido Antonio !

    Una vez mas un placer visitarte. Estoy de acuerdo contigo en lo que dices, y dices tan bien-
    Me he sonreido por que mi nieta cuando le digo NO a algo ( cumple el mes que viene tres años ) siempre me da explicaciones interminables para tratar de decirme que efectivamente es NO :)) y luego lo aplica estupendamente, pero queda como que ella ya lo sabia que era NO - es genial !! los niños enseñan tanto y son tan listos algunos, aprenden tan bien de los adultos :)
    El niño debe crecer con seguridad y para eso es necesario que el adulto ( como dices tu ) sea un adulto- por que de lo contrario son niños perdidos- muy bien dicho Antonio- totalmente de acuerdo, amigo mio.

    Un beso y un fuerte abrazo

    Aurora

    Queda muy bonito el verde de fondo :)

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  3. Aurora, por no repetirme en tu blog decido responderte aquí. Es verdad lo que dices de que cada uno debe desempeñar el papel que le toca. No es fácil porque todos añoramos el niño que fuimos y pretendemos, falsamente a mi mdo de ver, revivirlo en el que tenemos delante, con lo cual nos confundimos nosotros y, sobre todo, ls confundimos a ellos, que precisan de nosotros señales que ls orienten y no sueños de nuestra infancia. Un beso

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  4. Educada entre los límites razonables de libertad y rigidez, aprendí que el NO es fundamental en la vida de un niño, como lo es en la de los adultos.
    Decirlo en el momento justo y mantenerlo mientras perdure el condicionamiento es fundamental para integrar a esos pequeños seres en el inmenso abanico de posiblidades que encierran la vida y las relaciones humanas.
    Como cada día un placer seguirte.
    Un beso, mi afecto y mi respeto siempre, Antonio.

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  5. El 'NO' cobra validez en los niños solo cuando es capaz (el niño) de diferenciarlo, por oposición , del SÍ, que es donde se establecen las reglas. En positivo.
    Si prevalece el NO, sin más, y sin el correspondiente SÍ, nosos arriesgamos a fomentar los prejuicios, y los temores, y las rebeldías.
    Vuelvo a insistir en lo perentorio de que sean LOS PADRES/TUTORES y educadores/as quienes se den unos cuantas raciones de Educación Infantil, de suyo tan compleja.
    Seguiremos con la materia, que da mucho de sí.
    Y con la cabeza bien alta, aspiraremos a SER COMO NIÑOS. Siempre como niños, el reino de la belleza y de la bondad. Y más añadiduras.
    ¿A que sí, Antonio?
    Un abrazo hasta allá de grande.

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  6. Hola Antonio
    Lo primero decirte que he estado ausente algunos días de los blogs, pero no por estar de vacaciones más bien por otros motivos que imagino conoces. Por eso llegué tarde, pero aquí estoy.
    Ese "no" es relevante, es el que le va a enseñar al niño lo que no debe hacer y darle todos los caprichos es algo totalmente equivocado. Muchas veces y yo la primera, por dejadez o que estamos cansados le damos aquello que no debemos y pienso que la vida hay que tomarla con decisión y saber que un cansancio de hoy nos puede costar muchos sufrimientos el mañana.

    Un beso

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