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domingo, 23 de diciembre de 2012

TIEMPO

Esta época de fin de año es una de las establecidas en el calendario escolar para vacaciones. Durante veinte días más o menos están los pequeños en casa desde que se levantan hasta que se acuestan. Aparte de lo que el frío propio de la época invite a la intimidad y a encontrar calor en la compañía no podemos olvidar que cada día de un pequeño es una aventura, así como que no todas las personas disponen de su tiempo para dedicárselo a los pequeños como sería de desear.
Muchas familias, en realidad cada día más, se encuentran con situaciones de desestructuración, incluso aunque se dé el caso de que ellas se mantengan unidas. No es raro, por ejemplo, que los niños sean levantados a horas muy tempranas y con el calor de la cama, trasladados a casa de abuelos, tíos o familiares cercanos que se hagan cargo mientras sus padres cumplen con sus horarios de trabajo, en el caso de que ambos lo tengan, cosa que empieza a ser cada día más raro. En el caso de que uno de los dos pueda quedarse en casa, si se trata de una distribución del tiempo de la pareja organizada y asumida, qué bien. Pero tampoco es raro que se deba a que uno de los dos no tenga trabajo con lo que la economía familiar está resentida. No faltan hoy ciertamente lugares donde llevar a los niños a que experimenten situaciones de juego preparadas ex profeso, pero tampoco es raro que la familia no se pueda hacer cargo de los suplementos económicos que estos servicios extraordinarios suponen.
Estamos en una época en donde hemos acumulado multitud de hallazgos, pasatiempos, proyectos válidos casi para cualquier situación que los pequeños puedan vivir, pero una vez que hemos encontrado las posibilidades que serían útiles ahora nos damos cuenta de que todo en esta vida tiene un coste y que ninguno de estos servicios se pueden ofrecer de forma gratuita, lo que quiere decir que el disfrute ha de ir seguido de un sobrecoste que en la situación que llevamos atravesando en los últimos años, muchas de las familias que los necesitan en realidad no se pueden costear. Por eso tenemos que disponer de soluciones alternativas para organizar el tiempo sin que la economía se resienta. Es más, tenemos que aprender a prescindir de una serie de servicios que ahora se conocen y se ofrecen porque ya se han logrado definir y poner en funcionamiento y al alcance de todos pero le estructura económica de cada familia es la que termina imponiéndose y ofreciendo la medida exacta de lo que se puede hacer y de lo que no.
Este tipo de limitaciones que se vienen imponiendo por condicionantes económicos no tendrían por qué ser determinantes si nos damos cuenta de que al final no son esenciales. Lo esencial es disponer del tiempo y si ahora nos encontramos con unos días en que nuestros hijos dependen de nosotros toda la jornada, es el momento de plantear una serie de actividades que se distribuyan a lo largo del día y que permitan a la vez que nosotros podemos atender las necesidades de abastecimiento y mantenimiento del conjunto, que ellos también dispongan de espacios y de tiempos propios que satisfagan su curiosidad y que colmen sus aspiraciones de ejercicio, de modo que cada jornada se convierta, por una parte en aportación compartida en forma de visita a supermercados y similares, lo que tiene mucho de aventura para los pequeños y que nosotros debemos aprovechar como tal, y por otra, en función del clima sobre todo, aprovechamiento de espacios urbanos específicos para los pequeños, que no usaríamos si ellos no estuvieran en casa todo el día. Esto no quita que, en la medida que se pueda, Parques de las Ciencias, espacios de juegos específicos para estas fechas, cines o servicios por el estilo, sean aprovechados como atractivos indiscutibles que complementen lo que la escuela no cubre mientras duran las vacaciones.

5 comentarios:

  1. Por fortuna muchos por no decir todos de los recursos para acontentar, entretener, ocupar y educar a nustros niños en período vacacional son más asumibles y realizables en las zonas rurales. Damos fe de ello quienes aún tenemos la suerte de disfrutarlas.
    Y no todo se resuelve a golpe de economías, seamos realistas. Ni a expensas de actividades programadas en espacios externos.
    Dependerá en gran parte del estilo educacional de cada familia y las prioridades que se planteen justamente para estos ¡15 días! de fiestas esencialmente en familia. En fin, para todos los gustos y para cada cual un mundo de diferencias.
    FELICES sean FIESTAS

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  2. Un instante para desearte una hermosa Nochebuena.

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  3. Estampas familiares que siempre quedan el la retina para seguir amando y esperando.
    Un abraciño,
    Rosa María Milleiro

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  4. que hermoso blog lleno de esperanza

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